La regla sobre la Magia y la adivinación de la Fortuna

Preparado por Abdul Aziz Ibn Baz.

Traducido (del árabe al inglés) por: un equipo de especialistas bajo la supervisión del editor.

Dar Al-Watan Publishing House.

Traducido del (inglés al español) por: Musa Abdullah Reyes

Para: www.islam-mexico.net

 

 

    Toda la alabanza es debida a Alláh, el Perdonador de Pecados, El Aceptador del Arrepentimiento; que Él mande salutaciones y exalte la mención del sello de todos los Profetas y Mensajeros, nuestro Profeta Muhammad, su familia y todos sus Compañeros.

 

    Debido al incremento en el número de magos y adivinos últimamente, aquellos quienes claman la habilidad de curar a la gente por el uso de la magia y la adivinación de la fortuna, y debido a su difusión en algunos de los países musulmanes y la vía de la que ellos toman ventaja de la gente de mente simple e ignorante; se vuelve necesario para mí el clarificar el gran peligro de esta gente sobre los musulmanes y el Islam, porque ello supone el volverse atado a otro que Alláh y desobedecer sus órdenes y la orden del Profeta (صلى الله عليه وسلم).

 

    Es permisible buscar tratamiento de alguna enfermedad, y un musulmán puede ir a un médico por un diagnóstico para cualquier tipo de enfermedad y usar los tratamientos islámicamente requeridos como legales (y) prescritos para ello. Esto es un término el cual no contradice la dependencia sobre Alláh y Alláh es Aquel Quien creó la enfermedad tanto como sus curas. Él garantizó el conocimiento de estas curas a quienquiera que Él desea, y no puso las curas en nada de lo cual Él prohibió. Por lo tanto, no es permisible para una persona enferma el buscar la ayuda de los adivinos de la fortuna quienes claman (que tienen) el conocimiento de lo No Visto.

 

Abu Hurayrah (رضي الله عنه) narró que el Profeta (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Quienquiera que va a un mago o un adivino y cree en lo que él le dice, descree en lo que ha sido revelado a Muhammad” (Ahmad). El Profeta (صلى الله عليه وسلم) también dijo: “Quienquiera que va a un decidor de la fortuna o a un adivino y lo consulta, su oración no será aceptada por cuarenta días” (Muslim). Imrán Ibn Husayn (رضي الله عنه) narró que el Profeta (صلى الله عليه وسلم) dijo: “no es de nosotros quien cree en los augurios malvados o talismanes, quien va con un adivino, o va con un hechicero. Quienquiera que va con un adivino y cree en lo que él le dice, ha descreído en lo que ha sido revelado sobre Muhammad (صلى الله عليه وسلم)” (Al-Bazar).

 

    Estas narraciones advierten contra ir a los adivinos, decidores de la fortuna o magos, pidiéndoles o creyendo lo que ellos dicen. Uno no debería ser engañado por el hecho de que algo de lo que dicen es verdad, ni debería ser engañado cuando vean el gran número de gente quien busca su busca su ayuda. Estas masas son ignorantes y no deberían ser un ejemplo a imitar. El Profeta (صلى الله عليه وسلم) prohibió acudir a ellos o creer en sus palabras debido a la gran maldad resultante de esta gente y porque ellos son mentirosos.

 

    Las narraciones también indican la incredulidad de los decidores de la fortuna y magos porque ellos claman el conocimiento de lo No Visto, y esto es un claro acto de incredulidad. Esta gente no puede lograr sus objetivos sin la ayuda del Yinn a quien ellos adoran junto a Alláh; y aquel quien les cree en su reclamo de conocer lo No Visto es exactamente como ellos, y el Profeta (صلى الله عليه وسلم) lo desconoce. Un musulmán no debería someterse a lo que ellos claman como su tratamiento, tal como los sonidos zumbantes que ellos hacen y las palabras que ellos usan las cuales son como cribas, y otras cosas que ellos hacen, alguien quien acepta lo que ellos hacen está, de hecho ayudándolos en su falsedad e incredulidad.

 

    Es también prohibido para cualquier musulmán el ir ante ellos para preguntarles acerca de aquel con quien su hijo o padre debería casarse, o si serán o no una pareja feliz, porque tales cosas son de lo No Visto, lo cual solamente Alláh sabe. La magia es un acto prohibido de incredulidad, como Alláh dice con respecto a los dos ángeles: “Pero ninguno de estos dos (ángeles) enseñaron a nadie (tales cosas) hasta que ellos habían dicho: “Nosotros somos una prueba, así que no descrean (por aprender esta magia de nosotros)”. Y de estos (ángeles) la gente aprendió aquello por lo cual ellos causan la separación entre un hombre y su esposa, pero ellos no pudieron así, dañar a nadie, excepto por el Permiso de Alláh y ellos aprendieron aquello lo cual los daña y no los beneficia. Y efectivamente ellos supieron que los compradores de eso (la magia) no tendrían socio en el Más Allá. Y qué tan malo efectivamente fue, eso por lo cual ellos se vendieron a sí mismos, si ellos supieran” (Al-Baqarah:102).

 

    Este verso prueba que la magia es un acto de incredulidad y que los magos separan a un hombre de su esposa. También prueba que la magia no tiene un efecto real y que solo es Alláh, Aquel Quien causa año y puede beneficiar a la gente. Desafortunadamente, el daño de los magos, quienes heredaron este conocimiento de los politeístas, se ha incrementado y ellos fueron hábiles para engañar a la gente de mentalidad débil.

 

    Este verso también prueba que aquellos quienes aprenden la magia actualmente, aprenden aquello lo cual los daña y no los beneficia, y que ellos no tendrán socio (en la recompensa) con Alláh en el Día del Resurrección. Esto es, efectivamente, una aterradora advertencia la cual indica la gran pérdida en esta vida y en el Más Alláh, y que esta gente se vendió a sí misma por el precio más bajo. Esto es porque Alláh los ha deshonrado diciendo: “Y qué tan malo efectivamente fue, eso por lo cual ellos se vendieron a sí mismos, si ellos supieran” (Al-Baqarah:102).

 

    Alláh legisló para Sus esclavos cosas por las cuales ellos pueden protegerse a ellos mismos de la magia antes de que ello pase. Él también clarificó cómo ellos mismos pueden tratarse, fuera de su Misericordia y Bondad, y como una manera de completar Sus Bondades. Las siguientes son algunas de estas maneras de protección contra la magia antes de que ello suceda, tanto como la cura para la magia después de que ello aflija a la gente usando vías islámicamente legales.

 

    Una de las más importantes vías para prevenir la magia antes de que suceda es protegerse a uno mismo con el Corán y la suplica profética, como recitar el Verso del Trono (Ayat-ul-Kursi) donde Alláh dice: “Alláh, La ilaha illah Huwa (nadie tiene el derecho de ser adorado, excepto Él), Al Hayul Qayum (El Que siempre vive, Aquel Quien sostiene y protege todo lo que existe). Ni el sueño ni el dormir Lo rebasan. A Él pertenece todo lo que está en los cielos y todo lo que está sobre la tierra. Quien es aquel que puede interceder con Él excepto con Su Permiso. Él sabe lo que les sucede (a Sus criaturas) en este mundo, y lo que les pasará en la Otra Vida. Y ellos nuca abarcarán nada de Su Conocimiento excepto lo que Él desee. Su Kursi se extiende sobre los cielos y la tierra, y Él no siente fatiga en guardarlos y preservarlos. Y Él es el Más Alto y el Más Grande” (Al-Baqarah:255). Este verso debería ser recitado después de cada oración obligatoria, después de las suplicas regulares recomendadas, y también en el tiempo de sueño. Este verso es el verso más grande en el Corán entero.

 

    También recitar: “Di (Oh Muhammad (صلى الله عليه وسلم)): “Él es Alláh, (el) Uno. Alláh (As-Samad); el Maestro Autosuficiente, a quien todas las criaturas necesitan (Él no come ni bebe). Él no engendra ni fue engendrado” (Al Ikhlas:1-4). “Di: busco refugio con (Alláh) el Señor del rayar del alba. De la maldad de lo que Él ha creado. Y de la maldad de lo oscuro (la noche) tanto como ello viene con su oscuridad (o la noche, tanto como ello se coloque o se aleje. Y de la maldad de aquellos quienes practican la brujería cuando ellos soplan en los nudos” (Al-Falaq:1-5). “Di: Yo busco refugio con (Alláh) el Señor de la humanidad. El Rey de la humanidad; el Ilah (Dios) de la humanidad. Del mal del susurro (del demonio que susurra maldad en los corazones de los hombres) quien se aparta (de su susurrar en el corazón de uno después de que uno recuerda a Alláh). Quien susurra en los pechos de la humanidad. De los Yinn y de los hombres” (An-Nas:1-6). Una vez después de cada oración obligatoria; pero tres veces después de las oraciones del alba y la puesta del sol.

 

    Aún más, uno debería recitar los dos últimos versos de Al-Baqarah, donde Alláh dice: “El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) cree en lo que ha sido enviado a él de su Señor, y (así hacen) los creyentes. Cada uno cree en Alláh, Sus Ángeles, Sus Libros, y Sus Mensajeros. (Ellos dicen): “No hacemos distinción entre uno u otro de sus Mensajeros”; y ellos dicen: “Nosotros escuchamos y obedecemos. (Buscamos) tu perdón, nuestro Señor, y hacia Ti es el retorno (de todo). Alláh no carga a una persona más allá de su alcance. Él obtiene recompensa por todo (lo bueno) lo cual él ha ganado, y él es castigado por esa (maldad) la cual él ha ganado. ¡Señor Nuestro! No nos castigues si olvidamos o caemos en el error. ¡Señor Nuestro! No pongas sobre nosotros una carga como aquella la cual pusiste sobre aquellos antes que nosotros (judíos y cristianos); ¡Señor Nuestro! No nos pongas una carga más grande de la fuerza que tengamos para soportarla. Perdónanos y concédenos el perdón. Ten misericordia sobre nosotros. Tú eres nuestro Mawlaa (Patrón, Soportador y Protector) y danos la victoria sobre la gente incrédula” ” (Al-Baqarah:285-286).

 

El Profeta (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquel quien recita el Ayat-ul-Kursi (el verso del Trono) en la noche continuará siendo guardado por Alláh y Satán no se acercará a él”. Él (صلى الله عليه وسلم) también dijo: “Ello es suficiente (como una protección de todo mal) para una persona que recite los dos últimos versos del capítulo Al-Baqarah en la noche”.

 

    También ejerciendo esfuerzos extras en tomar refugio en las palabras perfectas de Alláh de la maldad que Él ha creado durante el día o durante la noche, o cuando él llega a un lugar nuevo (durante un viaje), sea por tierra, aire o mar, como el Profeta (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquel quien llega a un lugar (para descansar durante el viaje) y dice: “Audhu bi Kalimat ilah-it-Tamat min sharri ma Khalaq” (Yo tomo refugio en las perfectas palabras de Alláh del mal que él ha creado) no será dañado hasta que él parta de ese lugar” ”.

 

El Profeta (صلى الله عليه وسلم) nos animó a decir tres veces en la parte temprana del día (antes del amanecer) y en la tarde: “Bismilláh-illadhi la yaduru ma ismihi shayun fil-ardi wa la fi samawati wa huwas-Sami-ul-Alim” (Por el nombre de Alláh con cuyo nombre nada es dañado sobre la tierra ni en los cielos, y Él es el Que Todo lo Oye, el Que Todo lo Sabe); y dijo que estas palabras lo protegerán de todo el mal.

 

    Las suplicas y el Corán son la mejor manera para prevenir la maldad de la magia y otras maldades, provisto que uno regularmente se adhiere a decirles con sinceridad y verdaderamente yace sobre Alláh y depende de Él. Ellos también son una gran arma para remover los encantos mágicos después de que sucedan, en adición a humillarse uno mismo ante Alláh pidiéndole a Él remover la maldad y el daño de ustedes.

 

    Hay suplicas auténticas dichas por el Profeta (صلى الله عليه وسلم) para curar la magia y la enfermedad en general, tal como aquella que él usó con su Compañero: “Allahuma Rab-an-Nas. Adh-hib il-bas wasfi antash-Sahfi, la shifa-a ila shifauk, shifa-an la yughadiru saqaman” (¡Oh Alláh! El Señor de toda la gente, aleja el daño, cura (lo de las enfermedades). Tú eres el Único Quien puede traer cura, no hay cura sino Tu cura, una cura, la cual no deja ninguna enfermedad; por el Nombre de Alláh, yo busco tratarte). Uno debería decir esto tres veces.

 

    También la suplica con la cual Yibril acostumbraba tratar al Profeta (صلى الله عليه وسلم): “Bismillahi arqika min kuli shayin yudhik, wa min sharri kuli mafsin aw aynin hasidin Allahu yashfik, Bismilláhi arqik” (Por el nombre de Alláh, yo busco tratarte de todo lo que te daña, de la maldad de cada alma u ojo envidioso; que Alláh te cure; en el Nombre de Alláh yo busco tratarte. Uno debería decir esto tres veces.

 

    De entre las curas para la magia después de que ello suceda, lo cual es también una cura benéfica para un hombre quien siente que él no puede tocar a su esposa, en una relación sexual, es que uno tome siete hojas de Sidr verde, las estruje con una piedra, las ponga en un plato, ponga agua sobre ellas, y recite sobre el plato lo siguiente:

 

1.- Ayat-ul-Kursi (Al-Baqarah:255).

 

2.- Surah Al-Ikhlas:1-4.

 

3.- Al-Falaq:1-5.

 

4.- An-Nas:1-6.

 

En adición a los versos (que hablan) de la magia:

 

1.- “Y Nosotros revelamos a Musa (Moisés) (diciendo): “Arroja tu báculo, y contempla, ello se tragó toda la falsedad la cual ellos mostraron. Así la verdad fue confirmada, y todo lo que ellos hicieron fue hecho sin efecto. Así que ellos fueron vencidos y retornaron desgraciados” ” (Al Araf:117-119).

 

2.- “Y Firaún (Faraón) dijo: “Tráiganme a cada hechicero bien versado”. Y cuando los hechiceros vinieron, Musa (Moisés) les dijo a ellos: “¡Echen lo que ustedes quieran echar!”. Entonces, cuando ellos habían echado, Musa (Moisés) dijo: “Lo que han traído es hechicería; Alláh seguramente hará que no tenga efecto. Verdaderamente Alláh no pone recto el trabajo de los Al-Mufsidún (los malhechores y los corruptores). Y Alláh establecerá y hará aparente la verdad por Sus Palabras, por mucho que los Muyrimún (criminales, incrédulos, politeístas y pecadores) puedan odiarlo” ” (Yunus:79-82).

 

3.- “Ellos dijeron: “¡Oh Musa (Moisés)! O tú arroja primero o nosotros seremos los primeros en arrojar”. Musa dijo: “¡No, arrojen ustedes (primero)!” ¡Luego contemplen! Sus cuerdas y sus bastones, por su magia, aparecieron ante él como si se movieran rápidamente. Así que Musa concibió miedo en sí mismo. Nosotros (Alláh) le dijimos: “¡No tengas miedo! Seguramente, tú  tendrás la mano superior! Y arroja aquello lo cual está en tu mano derecha. Ello se tragará aquello lo cual ellos han hecho. Aquello lo cual ellos han hecho es solamente un truco de mago, y la magia nuca será exitosa, para cualquier monto (de destreza) que ellos puedan conseguir” ” (Ta-Ha:65-69).

 

    Después de recitar esto sobre el agua, él debería beber de ella en tres tiempos y bañarse con el resto. Por hacerlo así, si Alláh lo desea, desaparecerá todo el daño, y no hay daño en repetir esto dos o más veces hasta que él sea curado.

 

    Una de las mejores maneras de tratar los hechizos mágicos es conocer el lugar donde el material usado en el hechizo está oculto, sea en una montaña, el mar o cualquier otro lugar, porque una vez que ello es conocido, puede ser removido y estropeado, y por esto el efecto del derrame mágico desaparecerá.

 

Estas son algunas de las maneras para protegerse y tratarse uno mismo contra la magia.

 

    Algunos magos desarman el efecto de la magia al ofrecer sacrificios a los Yinns y hacer matanzas usando sus nombres, y este acto es prohibido, porque ello es del trabajo de Satán, y esto es un gran acto de Shirk mayor (asociar con Alláh), así que uno debe estar atento de esto. También es prohibido pedir a un mago, adivino o agorero para curarse o hacer lo que ellos les ordenen que hagan, porque ellos son incrédulos, mentirosos y pecadores quienes claman conocer lo No Visto, y ellos confunden a la gente. El Profeta (صلى الله عليه وسلم) advirtió contra ir ante ellos, preguntarles, o creer lo que ellos dicen, como nosotros mencionamos al principio de este librillo.

 

Una vez el Profeta (صلى الله عليه وسلم) fue preguntado acerca de An-Nushrah (lo cual es buscar la ayuda de los magos para librarse de un hechizo mágico debido al uso de otro hechizo mágico), así que él replicó: “Esto es un acto de Satán”. (Ahmad y Abu Dawud). Por otro lado, es permitido para alguien el curar a la gente de los hechizos mágicos por el uso del Corán y las suplicas auténticas de la Sunnah, como muchos escolares dijeron, tales como Imám Ibn Al-Qayim, que Alláh tenga misericordia sobre él, y otros.